lunes, 14 de julio de 2014

El Burán, el transbordador Soviético

 El 15 de noviembre de 1988,  el transbordador espacial Burán, la joya de la corona del programa espacial soviético, despegó desde Baikonur a lomos del segundo cohete Energía. Tras dar una vuelta a la Tierra, aterrizó de forma totalmente automática, culminando así el programa más complejo y caro de la historia de la cosmonáutica.
Los planes originales pasaban por la construcción de al menos cinco transbordadores espaciales, pero sólo se comenzó el montaje de cuatro unidades de vuelo. Únicamente dos se finalizaron casi en su totalidad, el Burán 1K (1.01) y el orbitador 2K (1.02), mientras que la lanzadera 3K (2.01) se completó a la mitad aproximadamente. Y no sólo eso. Además de las lanzaderas espaciales se construyeron otros diez ejemplares para todo tipo de pruebas atmosféricas y en tierra.
Originalmente, y para evitar precisamente el tipo de confusión del que hablábamos más arriba, la lanzadera 1K no debía haberse llamado Burán, sino Baikal. De hecho, cuando el orbitador 1K llegó al cosmódromo de Baikonur el 11 de diciembre de 1985 a lomos del avión VM-T Atlant tenía este nombre pintado en sus laterales. La denominación se mantuvo hasta la primavera de 1988, cuando a pocos meses del lanzamiento las autoridades de NPO Energía decidieron ponerle a la nave el mismo nombre que al proyecto en su conjunto. La jugada tenía como objetivo dar una mayor visibilidad al programa, que por entonces corría un serio riesgo de ser cancelado sin llevar a cabo un solo vuelo.
El Burán en Baikonur cuando se llamaba Baikal.
El Burán en Baikonur cuando se llamaba Baikal.
Se suele decir que el Burán era una simple copia del transbordador espacial estadounidense. Dejando a un lado que no existe nada de ‘simple’ en fabricar una nave espacial de cien toneladas reutilizable y con alas, esta afirmación es falsa. Es verdad que el Burán era externamente idéntico al shuttle. Y no por casualidad. Los militares soviéticos habían obligado a la oficina de diseño NPO Mólniya de Gleb Lozino-Lozinsky a imitar el aspecto externo y las capacidades del transbordador norteamericano. Para el Kremlin el shuttle era una amenaza temible con un potencial desconocido y querían disponer de un dispositivo igual para contrarrestarlo. Pero NPO Mólniya y NPO Energía -el contratista principal- terminaron por diseñar un vehículo que presentaba varias diferencias con su homólogo de al otro lado el charco. Las más importantes eran:
  1. Capacidad de realizar vuelos sin tripulación, una característica de la que jamás disfrutó el shuttle.
  2. Ausencia de motores principales. Mientras que el transbordador norteamericano llevaba en la parte trasera tres motores SSME, el Burán sólo tenía el sistema de maniobra orbital. Los motores principales RD-0120 -equivalentes a los SSME, pero no reutilizables- estaban situados en el bloque central del cohete Energía.
  3. Uso de queroseno y oxígeno líquido. El Burán fue la primera -y única hasta la fecha- nave espacial tripulada que usaba queroseno y oxígeno líquido como combustible para el sistema de maniobra orbital. Lo normal es que las naves usen combustibles hipergólicos para este fin, como era el caso del shuttle.
  4. Otras diferencias: el Burán podía transportar hasta diez cosmonautas, frente a un máximo de ocho en el caso del transbordador. Además, el tren de aterrizaje delantero estaba situado más atrás y su longitud era mayor, para reducir así la rotación y la fuerza de del impacto contra las ruedas. Por otro lado, las lanzaderas del programa Burán debían haber llevado dos brazos robot en vez del único que transportaba el transbordador de EEUU y hubieran sido capaces de permanecer hasta un mes en órbita (frente a 17 días del shuttle).
El Burán no era idéntico al shuttle.
El Burán no era idéntico al shuttle.

Desgraciadamente, nadie podrá volver a ver el Burán nunca más. Fue totalmente destruido el 12 de mayo de 2002 cuando se desplomó el techo del edificio MIK-112 de Baikonur por culpa de la acumulación de nieve. La lanzadera 2K se pudre lentamente hoy en día dentro del edificio MZK de Baikonur, a poca distancia de donde ‘falleció’ su hermana. Las visitas a la 2K están estrictamente prohibidas, salvo por un puñado de excepciones. Esperemos que algún día sea expuesta en un museo, que es donde debería estar. Por otra parte, la 3K fue recientemente restaurada de forma un tanto chapucera y próximamente se espera que pueda ser exhibida en algún lugar de Moscú.



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